martes, 7 de abril de 2009

La Motito


La Motito:
Tenia nafta en el estomago y la cabeza carburando, tenia que hacer algo, no me gustaban esos arranques, no sabia como manejarlos. Miraba a través del vidrio y veía la misma cola de todos los días, las mismas caras también. En un segundo me acorde de lo que pediría cada uno, otra vez 20 minutos para que me den un sándwich de milanesa calentado al microondas. El arranque no me dejo entrar, mi cuerpo se negó a la misma monotonía redundante de la cola de la panadería. Ese día me fui corriendo casi llorando y muerto de hambre, me fui pero sabía muy bien que volvería.

Un día de vida después:

Volví, ya no estaba pensando, mi lado oscuro me velo, caminaba directo al vidrio de la puerta, esperando reconocer la imagen diaria reiterativa, pero me tomo por sorpresa el olor a milanesa. No entiendo como pude olvidarlo, me distraje en la mala sangre.

Llegué a la puerta y la pateé torpemente. La gente no comprendió. Para romper el hielo de la locura saque el 38 de debajo de mi campera y me subí al mostrador. La gente comprendió.

“””””“¡¡¡¡¡¡Todos la piso la puta medre que los re mil parió, tirate al piso la concha de tu madre, vos, la del mostrador, prepárame uno de mila, calentalo en un horno eléctrico, ponele mayonesa y traemelo yaaaaaaa!!!!

La chica del mostrador se quedo inmóvil, camine por el mostrador y le apoye el fierro en la frente…
“¡¡¡Dale perra, move, move, no te olvides de calentarlo, hija de puta!!!”””

Por la misma ruta camine hasta la caja y a la cajera que estaba desparramada en el piso…

“¡¡¡Cóbrame el sándwich y dame cambio, me das un caramelo y te agujereo 20 veces perra!!!!”

Rápidamente llego mi almuerzo, me lo trajo un cocinero, me dijo que lo traía el porque la chica se había desmayado. Agarre mi paquete, pagué y me fui. No tire ni un tiro, era muy zarpado, estaba lleno de gente.

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